Hace meses María contactó conmigo para pedirme una sesión de pareja con un invitado muy especial. No quería las fotos típicas de embarazada y conociéndome sabia que yo tampoco lo haría. En uno de sus mensajes me decía “…no quiero que se paralice nuestro mundo por el COVID y que a causa de ello, no podamos dejar reflejada esta etapa tan especial”. Eso me convenció totalmente.
Porque como fotógrafo de historias emocionales, admiro a las personas con el coraje y el valor de afrontar la realidad que vivimos sin miedo, pero con responsabilidad. Y la confianza que me han dado es brutal. Quizás por vivir mas aislado que el resto de la gente, pueda crear un efecto de fotógrafo ermitaño libre de virus o simplemente que saben que sigo su historia de cerca y me causa gran emoción vivir estos momentos con ellos e implicarme en su historia lo que pueda o lo que me dejen.
Con este pequeño audiovisual quería ensalzar una etapa única en la mujer, donde su cuerpo cambia totalmente para resaltar a partes iguales belleza, sensualidad y emociones a raudales. Quería hacerlo con el mismo pudor e intimidad que María y Juan me mostraron. Por eso, para mi, este reportaje es muy especial. Recordando las palabras que me dijo María, “mi pequeño viene a dar luz entre tanto caos”, en cierto manera yo puedo decir lo mismo.
Pulsa PLAY para ver esta historia.